domingo, 8 de mayo de 2016

LA TRISTEZA Y LAS NOVIAS DE SATÁN

Tinta de mis lágrimas
que ríen mezclándose
y escapando por el papel
y burlándose de mí;
sal de mis lágrimas
que lloran mi desconsuelo
se llevan (que nunca hubo),
todas mis ganas de vivir.
Vida que se va,
muerte que no viene,
tristeza que danza y se columpia
pendida de los huesos de mi cráneo
mientras las neuronas de mi cerebro
saltan a tocar los pies de la tristeza
que se burla de mí,
que se burla de mí,
columpiándose, riéndose,
burlándose, diciéndome:
¡estás muy triste, no eres feliz!
Demonios, duendes feos y verdes,
meigas negras de dientes negros y amarillos
se columpian sobre mis hijas de mis nervios
y me dicen:
¡sufres mucho y no puedes llorar,
tú no puedes ser feliz!
Las pompitas de mis sesos se estiran,
y en esa materia impotente
se hacen llagas que sangran
y se mezclan con la tinta
y me dicen:
vas a desangrarte, ángel de la verdadera poesía,
sigue escribiendo, sigue, sigue,
sigue así, pobre ingenuo,
mientras nosotras nos abrimos y despedazamos,
¡tú sigue así!
En el exterior,
mis ojos envidian todo cuanto ven;
todo cuanto ven es superior a mí;
la silla sonríe, es hermosa,
la mesa sólida,
la ventana transparenta rayos de sol hermosos,
que me dicen,
¡te alcanzamos pero no nos alcanzas,
nos reímos de ti!;
¡sufre, sufre, pobre ingenuo y huérfano,
tú no puedes ser feliz!,
nunca, nunca jamás
sabrás lo que es la felicidad,
la tristeza es tu dueña,
¡sigue escribiendo así!
¿Seguiré escribiendo
hasta que el silencio,
la oscuridad y la nada
reinen en donde yo fui
solo y sólo triste
y dejaré de ser para siempre,
sin jamás haber sido feliz,
sin conocer el contento,
la satisfacción, la alegría,
sino tan sólo el deseo del llanto,
las quimeras, las mentiras
de mi corazón que me duele tanto…
de parir tantas mentiras,
de mentir tantas bellas mentiras
que rebotan en la pared más próxima
y regresan como agujas ávidas
clavándose en esta tan grande lágrima granate,
en este cerebro seco, húmedo y achicado,
que no tiene lágrimas como ríos
de aguas cristalinas,
para dejar de sufrir?
Un aquelarre de amantes de Satán
forman una circunferencia de hogueras
rojas, amarillas y perfectas
alrededor de mi masa tonta
y absurda de inteligencia,
y me enseñan sus senos purísimamente blancos
de pezones marrones erectos,
y me dicen:
la belleza está en el mal,
la miel es toda para Satán;
tú eres un ángel bueno,
te has atrevido a observar de lejos,
llorar sin lágrimas,
soñar sueños que nunca se concretan,
beber agua  pura e insípida,
alimentarte de tus tristezas,
guardar fidelidad y lealtad
a los bellos sueños imposibles,
a los principios clásicos y atávicos,
a la moral y ética de los esclavos,
si no saltas hacia nosotras,
si no nos haces el amor
y nos devoras, jamás podrás ser feliz;
la miel es para Satán,
tú eres un ángel bueno,
pobre ángel, niño ingenuo y cándido,
si no nos penetras y haces tuyas,
entonces jamás, jamás  podrás ser feliz;
reinarás como rey de la tristeza,
de sueños bellos, de quimeras excelsas
que nunca serán ni se concretarán,
y eternamente serás triste,
nunca conocerás los orgasmos del espíritu,
la miel es para Satán,
y la tristeza maltratada es sólo para ti.
¡Atrévete, ángel bueno,
Tócanos, oprime nuestras nalgas
y nuestros pechos, lame nuestros pétalos,
sorbe toda la leche a mares de nuestros senos,
saca gritos de júbilo de nuestro interior!,
¡¿ya no recuerdas que los ángeles
también, también tenéis sexo;
quieres reprimir tus deseos
y alimentar tu horrorosa insatisfacción?!
¡Ven, encáranos de frente,
una a una, todas juntas,
enlaza tu lengua en torbellinos
con nuestras lenguas,
y humíllanos y poséenos con fuerza,
lentamente, recreándote,
con excitación y frenesí;
ámanos, cómete toda la miel de Satán,
ángel bobo, no huiremos de ti,
nosotras no concebimos,
lo que concebimos es preñarte de placer,
hacer nacer la felicidad en ti,
ven ángel blanco, te deseamos,
mézclate con nosotras en nuestras entrañas,
y tú serás la miel, y nosotras la jalea
con que ungiremos tu divino pene,
y mezclaremos tu néctar con nuestra savia;
¡ven, no seas tonto!,
¿no querías ser feliz?
Entonces arrojé este bolígrafo,
sequé la tinta
y fui, nadé y me metí
en un mar de miel y jalea,
y mi néctar blanco reinó
eternamente para siempre allí.
Y ellas cantaron para siempre:
¡es ahora, ahora y siempre!,
¡ahora la infidelidad y el adulterio
a tus dioses tontos y sádicos
es eterna felicidad para siempre
para ti y en ti!