lunes, 25 de enero de 2016

NANA DEL DEMONIO MUERTO.

Suavemente, con mansedumbre,
el manso silencio se extendió sobre mi sitio;
río sangriento de roja sangre se deshizo,
y en la savia verde de hierbas verdes
encontré la paz que nunca hallé siendo vivo;
y aquel niño que tanto fue y dejó de ser,
volvió a su nido...
Y yo le canté la dulce nana
qué triste construí desde aquel ser.