lunes, 8 de febrero de 2016



LA BOTELLA DE MI POESÍA


Eres una botella sin mensaje;
eres como mi vida
desde el punto de vista de mi corazón;
eres una poesía que no fluye,
una poesía todo arte;
yo te llenaré de contenido y de razón.
Te pondré un tapón para taparte,
para otorgarte dignidad y tesón noble.
No te arrojaré al mar después de llenarte;
no te lanzaré a aventuras de aventureros
de destinos inciertos, imposibles y románticos,
de viajes solitarios arriesgados,
sin peligro de vivir y emocionarte;
no seguirás la senda que te obliga
a llegar al otro lado de la playa
para que te halle quién no te busca,
quién no le importas,
y te convierta en un sueño prestado,
una ilusión por vacío de ilusiones,
un motivo para motivar la desmotivación.
Tampoco te llenaré de vino rancio,
a mí no me gusta el vino,
ni de una pócima de magia blanca
para curar el mal de males.
Haré  de ti una poesía libre,
haré por ti palabras que encierren toda la belleza;
no colocaré barcos de palillos en tu interior.
Te insuflaré aliento de tabaco y whisky barato,
verteré lágrimas asesinas en tu interior.
Llevarás las huellas de mis recuerdos,
mis angustias, mi ansiedad y mi dolor,
el sufrimiento permanente de mi espíritu,
una historia singular y diferente,
tristezas de amor de niño y de adolescente.
Eres la poesía de un poeta,
eres el grito de mi soledad y mi silencio,
eres el testigo de la pasión;
eres un insomnio sin noche,
eres un blues si trompetas y sin saxo,
sin guitarras, sonidos ni conclusión.
Eres el jazz de un loco cuerdo;
eres el gospel a golpes de corazón;
eres el último soul de Amy;
eres una canción sin principio,
sin nudo ni desenlace,
eres la mejor poesía de mi vacío acostumbrado,
mi sinsentido común, mi tristeza habitual,
mi desesperanza crónica,
la mejor metáfora musical fea y desolada
de los latidos en vano de mi corazón.
Mi botella es una poesía,
mi poesía soy yo,
yo no soy una mentira,
mi vida no es una mentira.
Si hay algo más real que el sufrimiento,

es la botella de mi poesía.