miércoles, 20 de enero de 2016

PARIA. (Hecha por encargo)

Te parieron inocente
en una barra americana;
naciste paria, llenas de amor tus venas.
Te mandaron a la escuela
y aprendiste las primeras letras,
cuatro muros y una pizarra
eran tus primeras cadenas;
porque tú, niño paria, sólo buscabas amor,
llenas de él tus venas.
Te enamoraste de aquella nena,
era hija de papá,
tú estabas solo en la selva;
eras paria, llenas de amor tus venas.
Te ofreció el mundo cosas;
el bolsillo vacío, ni una moneda.
Comprensión y amor eran eco vacío
de tus llantos en la habitación de aquella ramera;
joven paria, llenas de amor tus venas;
pero te viste reflejado en sus ojos,
y cuando te contó su vida
llorasteis juntos vuestras penas.
Macarra humillado por el dinero,
encuentras la libertad
cuando el ácido baña tu cerebro,
cuando el caballo corre por tus venas,
y entonces vives de olvidos,
del pasado, del presente,
del futuro que te espera;
hombre paria, llenas de amor tus venas.
Cuchillo ceñido al cinto
esperas en una esquina,
humillado por el mundo,
el bolso de aquella vieja.
Ayer te encontraron muerto
abrazado a tu pareja,
desnudo como te parieron,
con el cuerpo marcado
por navajas y cadenas,
llenas de amor tus venas.
“¡Sobredosis de heroína!”
El opulento rió y comió la cena.
¡Moriste paria!, ¡llenas de amor tus venas!