DESESPERADO
POR LA NADA
Si mi angustia y mi pena fuesen un paisaje,
serían una soga ardiendo colgada de un sol eclipsado,
y empapada en su curvatura por un hielo humeante
deshilachado, rojo pasión y cortante,
como cortan las navajas de Satán
los ojos de los fatigados,
poco a poco, paso a paso, beso a beso,
hasta rajar con furia, abrir con fiereza inusitada,
ese blanco y redondo que es el ojo de la carne.
Si mi angustia y mi pena fuesen un traje,
serían una capa noche y roja
empapada de frío inmenso,
cuajada de sal sólida de lágrimas
vertientes del diluvio universal,
fugitiva en el ojo del huracán final,
cada vez más arreciadora
de lluvia roja
y cada vez más lejana, más fría y más distante.
Si mi pena y mi angustia fuesen un contenido,
serían el big-bang de un cerebro,
que no tendría final ni ningún continente
y sus porciones famélicas
se multiplicarían como los peces y los panes,
huyendo cada vez más lejos,
mientras se mantuviesen paridoras
las primeras porciones engendrantes
del dolor más infinito y supremo,
más conocido y desconocido,
más parturientas y constantes.
Si yo no fuese un místico,
recopilaría todas las blasfemias más tronantes,
y las escribiría en la piel de todos los seres,
con mi puño y con mi sangre.
Si yo no fuera un místico, ni un poeta,
ni un esclavo de un Dios sádico y flagelante,
pondría fin a mi existencia,
sin derramar una lágrima,
sin escribir una letra,
sin mirar una mirada,
sin demorar un instante,
en un lugar ignoto,
donde los efluvios de mi cadáver al pudrirse
sólo intrigasen los buitres, los gusanos,
las hienas que estuviesen tristes,
cuervos negros como mi pena y mi angustia,
con picos durísimos y
martilleantes,
y con cada picotazo un verso tétrico en la piel,
un beso de horror y un verso aterrante,
hasta escribir en el papiro de mi piel
la poesía más alocada,
más triste,
más angustiada,
más penosa,
más bulliciosa y vomitiva
y humillante para los vivos;
más silenciosa, más callada, desconocida,
anónima, discreta y sensata
para los que arrojamos la vida a la cara
del Ser Original e inagotable
de sudor, pena, angustia, frenesí,
fatiga, dolor, carne, sufrimiento
y sangre de poetas,
sangre… mucha sangre,
toda la sangre
toda la angustia, toda la pena,
ANGUSTIA, PENA,
SANGRE…
sangre triste, sangre aciaga,
sangre llorona, sangre desgraciada;
sangre omnipotente, la sangre de todo el alma,
sangre del parto de mi madre,
sangre transmutada en
lágrimas.
sangre absurda, sangre amamantada,
sangre de todo el universo,
sangre desesperada,
desdichada sangre,
todo el cuerpo de la sangre,
toda la sangre del alma.
ANGUSTIA, PENA, SANGRE…
la de todas las heridas,
toda la derramada,
toda la por derramar,
sangre de la angustia,
sangre de la pena;
toda la sangre líquida corriente
y toda la sangre cuajada;
todo abierto el grifo de la sangre
de la tristeza más desesperada.