METAFÍSICA
CRÍTICA DE LA LEY DE
ATRACCIÓN UNIVERSAL (OPOSICIÓN A LA MISMA)
Todos
me han hablado de la ley de atracción en el universo y me han dicho siempre lo
mismo, que era algo que a mí no me cuadraba, pero no sabía rebatir y exponer y
verbalizar.
Siempre
oí y nunca realmente escuché ni comprendí, que lo positivo atrae lo positivo,
el bien atrae el bien, el mal atrae el mal y la luz atrae la luz. Mi reacción
tenía probablemente algo que ver con que en la física los polos opuestos se
atraen y los iguales se rechazan. Para mí la metafísica no es más que la física
más sutil y de más difícil entendimiento y peor control; por definición y
etimología, la metafísica es aquello que va más allá de física, y por lo tanto
a mí entender una prolongación de la misma que nunca hemos comprendido ni
llegaremos a conocer realmente los seres humanos de este humilde planeta y
desde nuestra baja condición, pero la cual se necesita para que haya y existan
condiciones más elevadas.
Sabemos
que en todo cuanto conocemos del universo, en nuestro microuniverso, todo se
rige, está bajo la regencia, se explica y se comprende y existe (al
menos en nuestro entendimiento, emocional y racional), gracias a los
pares de opuestos.
No
podría existir en este aquí el bien sin el mal, ni el mal sin el bien, pues
bien, definitivamente en la metafísica como en la física, el bien atrae el mal
y el mal atrae el bien, porque se necesitan para existir y para que no se
extinga nuestra realidad. Y se atraen para luchar, y luchan constantemente sin
fin, pero el bien no lucha contra el mal, ni el mal lucha contra el
bien, sino que cada uno lucha con el otro y se alegran por separado de ganar
batallas, pero nunca jamás de ninguna manera una guerra de forma absoluta y
definitiva, porque en el momento en el que uno de los dos derrotara de manera
absoluta y definitiva, acabara con el otro, encontraría en esa victoria su
propia extinción y la extinción de toda la realidad conocida por nosotros y de
lo todo lo que es. Así la ley dicta, y también la ley de atracción
universal es que el bien y el mal son hermanos inseparables o mucho mejor
entendido aún, un matrimonio en el que uno lucha permanentemente con el otro,
no contra él, y en ese maridaje se dan la mano, batallan indefinidamente
de una manera "completamente ridícula y absurda" y sin sentido pero
que garantiza el sentido, y que garantiza la existencia bajo
la regencia de los pares de opuestos, lo contrario sería la extinción, la
nada, el no ser... LA EXTINCIÓN. Borrar la cruz de la moneda es
extinguir y negar la moneda como tal, negar su sentido y además su ser. No
hay nada en el sinsentido, sino en el sentido, aunque el sentido no nos
guste o nos parezca absurdo o ridículo.
Como
decía Heráclito "El Oscuro", la guerra es el padre de todas las cosas.
Así,
igualmente de la antítesis surge la síntesis, y así mismo, el
contenido y significado requerido y el equilibrio "desequilibrado y
absurdo" de la realidad. Pero esto ya daría para entrar en un
ensayo interminable y una filosofía de filosofías.
Prohibido
hablar de polarizaciones de momento, nada existe si no es dual;
aunque haya una polarización consciente esto exige del mismo nivel y equilibrio
por parte del inconsciente, que es su opuesto. Y remarcar que el inconsciente,
inconsciente es, tanto el individual como el colectivo... Comentar que tratar
de acceder al inconsciente desde el consciente propio es rizar el rizo y un
intento de trabajo sin inteligencia, pues de acuerdo con lo ya manifestado y
definido por Freud al respecto, en nuestro psiquismo de nuevo
surge el Superyo censurando, amurallando, separando y seleccionando para cada
nivel de nuevo lo que en cada nivel debe de estar y le corresponde, una vez más
se le concede a dios lo que es de dios y al César (al inconsciente) lo que le
pertenece y ha de permanecer en él. Añadir que sólo hay esta posibilidad de
acceso y comunicación en el mundo onírico o en estados alterados de conciencia como
el que experimenta ahora mismo quién les escribe. Lo dicho también me lleva a
pensar que entre el trastorno y la genialidad no hay ningún paso, sino el
encuentro.
Considero
que lo escrito no es la culminación de nada, sino un riquísimo filón para a
partir de aquí seguir filosofando y conociendo, extendiendo el conocimiento, y
al mismo tiempo plantando una base lúdica para todos quienes más gustan de
pensar, saber, conocer, criticar y analizar y recrearse en la verdadera crítica
de la razón pura. ¡Y no vaya a ser precisamente que el propio Kant
hay dicho esto antes que yo! (Yo jamás he leído a Kant), y le daría un patatús
a mi ego, que se afligiría mucho.
El
próximo programa podemos intentar precisamente desmontar mitos, tópicos y
convencionalismos sobre el ego... ¿les parece...? Y ¡cuidado con nosotros,
unión de los conceptos opuestos nos y otros, en singular ego y alter, y no me
estoy refiriendo a la utilización popular de este término, sino a su
contraposición o más profundamente, oposición.
El bien
atrae el mal, la sombra atrae la luz, lo negativo a lo positivo... se
necesitan imprescindiblemente, y luchan constantemente batallas, pero no
pueden, o que no se les ocurra ganar la guerra y extinguir, acabar con el
opuesto...
En
cuanto a si tiene que existir o existe un equilibrio absoluto en
nuestro mundo entre luz y oscuridad, pienso que no es necesario,
que ello se corrige con la aportación de luz por parte de otras
dimensiones, siempre estamos hablando realmente de microuniversos,
y pienso que en el nuestro hay un predominio de la oscuridad. Igualmente decir
aquí que para un supuesto equilibrio entre luz y oscuridad, bien y mal, se
necesita cuantitativamente mucha más oscuridad que luz, pues la segunda es
cualitativamente más poderosa... recurramos al tan citado ejemplo de lo que
alumbra o domina la sola luz de una vela o una bombilla pequeña en una
habitación que previamente estuviese completamente a oscuras, polarizada en la
oscuridad.
En
cuanto a ese raro concepto ancestral, atávico, y considero que anacrónico al
que cada cual le da su connotación y que es el concepto -dios-, en sus acepciones
más clásicas, es siempre dual: el todo es dual, y la comparecencia
del bien y el mal en esta palabra y esta idea es inexorable, aunque la mayor
parte de la religiones opone un ser oscuro a esta realidad presunta y
superficialmente omni-benevolente (dios-diablo), pero en todo caso no hay
preponderancia sino equilibrio, un equilibrio que disgusta, y repito, en la
mayor parte de las religiones no se admite, es una herejía por
definición, aunque no olvidemos que la mayor parte de las escuelas
budistas son sencillamente ateas, no se considera esa palabra, sobra, molesta y
resulta falaz y engañosa y además y sobre todo no sirve para nada.